La psicología cognitiva

Por Pablo Cazau 

Objeto de estudio y métodos de la psicología cognitiva.- La psicología cognitiva es un enfoque teórico dentro de la psicología, y la psicología es el estudio de la mente, entendida como el conjunto de nuestros pensamientos y afectos, y su interacción con el cuerpo y el ambiente También puede concebírsela como el estudio de la conducta en sentido amplio, es decir, todo aquello que:

* Pensamos (por ejemplo fantasear o hacer un razonamiento matemático).

* Sentimos (por ejemplo experimentar admiración, envidia, amor, odio).

* Hacemos (con el cuerpo y en tanto tenga vinculación con lo que pensamos y sentimos, como por ejemplo sonreír o escribir).

La psicología cognitiva es un enfoque que estudia la mente entendida como un sistema de procesamiento de información, o más sencillamente, como un sistema cognitivo. La información se procesa mediante la manipulación de símbolos y es convertida en conocimiento acerca del mundo, de los demás y de uno mismo. Para la psicología cognitiva el sistema cognitivo tiene cierta semejanza con una computadora: ingresa información, es procesada y luego devuelve una respuesta.

Surge a mediados del siglo XX, precisamente por la época donde se crea la primera computadora moderna, uno de los factores que inspiró este nuevo enfoque en psicología. Como una computadora es también un sistema de procesamiento de información, bien pronto fue considerada como una metáfora del funcionamiento de la mente aunque con ciertas limitaciones porque la computadora, por caso, no puede tener sentimientos ni autoconciencia. Sin embargo, la mente al igual que la computadora procesa información, tiene un soporte físico (el sistema nervioso equivalente al hardware) y un sistema hace cosas con ese soporte físico (el procesamiento cognitivo equivalente al software).

Desde sus comienzos la psicología cognitiva se opuso al modelo anterior representado por la psicología conductual (conductismo), para la cual la idea de ‘mente’ no era científica por ser inobservable. Era como una caja negra donde no se podía saber qué había adentro, importando solamente la relación entre dos cosas observables: los estímulos que recibía el cuerpo y las respuestas que entregaba. En su lugar, la psicología cognitiva propuso la ‘mente’ como algo que podía observarse directa o indirectamente, y de allí el nombre de caja traslúcida (no transparente, presumiblemente porque los procesos mentales se proponían no como hechos sino como hipótesis). Al mismo tiempo y considerando la analogía entre la computadora y la mente, en lugar de hablar de estímulos y respuestas comenzó a hablarse de inputs (ingreso de información) y de outputs (egreso de información), mediando entre ellos el sistema cognitivo encargado del procesamiento de la información.

Posteriormente, la psicología evolucionó incorporando por ejemplo la idea de que la respuesta u output a su vez influye sobre el input, generándose un proceso de retroalimentación donde ambos se influye mutuamente, lo cual es más característico del procesamiento de la información que ocurre en un contexto social, o sea en relación con las demás personas, y de un procesamiento que supone una construcción activa por parte del sujeto pensante.

Incidentalmente, puede decirse que el modelo de la caja traslúcida puede afinarse aún más entendiéndola como el modelo de las cajas chinas, es decir, un conjunto de cajas traslúcidas encerradas unas dentro de otras, una metáfora que puede ilustrar mejor que con cada nuevo descubrimiento en el campo de la mente se abren nuevas preguntas, y que cada nueva pregunta conduce a nuevas preguntas.

 

Respecto de los métodos que utiliza la psicología cognitiva para estudiar la mente como sistema de procesamiento de la información se pueden mencionar tres: la introspección, el experimento y los modelos computacionales.

1) La introspección es un método mediante el cual el mismo sujeto que procesa la información se encarga de observarlo y registrarlo. Un empleo típico de la introspección consiste en dar instrucciones a una persona para que responda a determinados estímulos (por ejemplo dar ejemplos de conceptos), y que luego describa los diferentes estados mentales que ha experimentado al resolver la consigna. Algunos psicólogos cognitivos aceptan este método y otros los cuestionan.

2) El experimento es una situación en la cual un observador externo al sujeto provoca ciertos estímulos y luego registra y mide las respuestas obtenidas. Dos ejemplos clásicos de experimento son los estudios cronométricos y el aprendizaje verbal.

Los estudios cronométricos implican por ejemplo medir el tiempo de reacción entre la presentación del estímulo y la obtención de la respuesta, lo cual indica el tiempo empleado en realizar ciertos procesos mentales inobservables directamente. En el método sustractivo, por ejemplo, se dan dos tareas iguales, salvo que la segunda incluye una subtarea extra. La diferencia de los tiempos de reacción entre ambas tareas dará una medida de la subtarea extra, En el método aditivo se da una tarea a cumplir en diferentes etapas o subtareas, midiéndose el tiempo de reacción para cada una de ellas. Esto vale si las tareas se realizan en serie, es decir, sucesivamente, pero no cuando se realizan en paralelo, es decir, simultáneamente.

En el aprendizaje verbal, por ejemplo, se presentan a los sujetos una lista de palabras que deberán repetir, para luego examinar cuáles recuerdan mejor. Otra variante es presentar palabras de a pares, luego se presenta sólo el primer par y el sujeto debe recordar el segundo par. También se pueden utilizar palabras sin sentido. Estos estudios investigan especialmente cómo funciona la memoria.

3) Los modelos computacionales son programas que indican a la computadora que realice los procesos mentales que realizan las personas, con el fin de conocerlos mejor. Dos procedimientos típicos son la Simulación y la Inteligencia Artificial. En la simulación, se observa primero cómo las personas procesan la información y se hacen suposiciones sobre cómo ocurre ello, y luego se traduce este proceso en un programa de computadora, incluyendo aciertos y errores (por ejemplo, construir un programa de ajedrez donde la máquina comete los mismos errores que el hombre). Finalmente se comparan el funcionamiento humano y el de la computadora para verificar si éste último confirma las suposiciones acerca del procesamiento humano. En la inteligencia artificial, en cambio, se construye directamente un programa de cómo debería funcionar eficazmente y sin errores un sistema de procesamiento, independientemente de cómo realmente los humanos procesan la información.

 

Algunos ejemplos de procesos mentales estudiados por la psicología cognitiva.- La psicología cognitiva estudia especialmente aquellos procesos mentales que suponen resolución de problemas en sentido muy amplio: desde desafíos cognitivos del tipo ‘si en una carrera pasas al segundo, ¿en qué posición quedas?’, palabras cruzadas, juegos de salón, exámenes académicas o tareas domésticas, hasta la toma de decisiones importantes en dilemas existenciales, mudanzas, casamientos, o deliberaciones de jurados. En particular, estudia también los procesos involucrados en la resolución de estos problemas tales como los mecanismos de la percepción, la atención, la memoria, el aprendizaje, el lenguaje, la conceptualización, el razonamiento o la toma de decisiones.

Ejemplo 1) Este ejemplo ilustra la tendencia de las personas a confirmar sus hipótesis más que a refutarlas, lo cual supone alguna falla en el procesamiento de la información. Así, si alguien piensa que todos los campesinos son trabajadores, tenderá a prestar más atención a los que trabajan que a los vagos, que constituyen los contraejemplos. Para averiguar cómo procedían las personas al respecto, Wason realizó su experimento de las cuatro tarjetas. Se presentaron a varios sujetos cuatro tarjetas con los símbolos E, D, 4 y 7. Luego se les preguntó qué tarjetas debían dar vuelta para determinar con seguridad si es cierta la afirmación de que “en toda tarjeta que haya una E de un lado, habrá un 4 en la otra» (si E, entonces 4). Las soluciones elegidas fueron casi siempre incorrectas, incluso las ofrecidas por personas de alto nivel intelectual.

La solución correcta es dar vuelta las tarjetas E y 7. La gran mayoría de las personas incluyó acertadamente la tarjeta E, porque al darla vuelta podía decidir si la afirmación era verdadera o falsa: resultaba verdadera si encontraba un 4, y falsa si encontraba otro número distinto.

Muchas personas consideraron que con ello bastaría para probar la afirmación, pero no es así. Si además se hubiesen propuesto dar vuelta la tarjeta 7, y hubieran encontrado una E, podrían haber determinado en este caso la falsedad de la afirmación. Sin embargo, casi nadie eligió la tarjeta 7, es decir, casi nadie intentó refutar dicha afirmación. Algunas personas incluyeron en su respuesta la tarjeta 4. Sin embargo, no hay ninguna necesidad de dar vuelta esta tarjeta para decidir sobre el valor de verdad del enunciado propuesto. Por ejemplo, si detrás de la tarjeta no hay una E, ello no prueba la falsedad de «Si E entonces 4».

Ejemplo 2) Un experimento destinado a indagar sobre los procesos mentales en operaciones de cálculo consistió en mostrarle a 160 personas un frasco que contenía 2510 bolitas, pidiéndoseles que dijeran cuántas bolitas había. Las respuestas obtenidas fueron bastante dispares, pero, curiosamente, el promedio de todas las respuestas era prácticamente igual a la cantidad verdadera: 2510 bolitas. Los investigadores concluyeron entonces que si se quería obtener información fidedigna sobre ciertos tópicos, era mejor preguntarle a muchos y luego analizar la respuesta promedio.

El experimento podría admitir algunas variantes, como por ejemplo averiguar si el color de las bolitas modifica las respuestas de los sujetos. De ser cierto, tal vez la psicología del consumidor recomendaría fabricar confites de color rojo porque a las personas les parece que son más.

Ejemplo 3) El análisis de cómo deliberan los integrantes de un jurado para decidir la inocencia o culpabilidad de un acusado es una ocasión inmejorable para estudiar en condiciones naturales (no experimentales) cómo ellos procesan la información recibida del fiscal, el defensor y los testigos.

Diversas investigaciones cognitivas sobre el tema han permitido construir diferentes modelos de cómo las personas procesan la información. Ejemplos: los jurados tienden a dar mayor credibilidad a los testigos que responden con seguridad, lo cual no coincide con otros resultados experimentales; los jurados tienden a no creer en los testigos si estos ofrecen testimonios contradictorios; los jurados tienden a creer aquellas declaraciones congruentes con su propia escala de valores y creencias (si el jurado cree que los negros son violentos, asignará más credibilidad al testigo que dice haber visto al acusado negro matando a su víctima); algunos jurados le creen más a los testigos, defensores o fiscales porque estos tienen alguna característica atractiva para ellos, aunque sea irrelevante (por ejemplo si son más simpáticos).

Ejemplo 4) La psicología del testigo es un ejemplo de cómo las personas procesan información testimonial. Como en cualquier otro caso, puede estudiarse cómo ingresa la información o input (cuando el testigo presencia el presunto hecho delictivo), qué ocurre con esa información mientras es procesada mentalmente (por ejemplo durante los días subsiguientes antes de su declaración), y cómo egresa la información u output (cuando el testigo es interrogado). En cada etapa la psicología cognitiva estudia las diferentes variables que pueden ser responsables de la calidad del procesamiento de la información.

En la primera etapa se consideran por ejemplo el tiempo de exposición (cuanto mayor tiempo se vea una cara, mejor recordada será), la familiariedad y la no familiariedad del estímulo (ambas pueden influir en recodarlo mejor), el nivel de ansiedad que produce el estímulo (que si es alto puede bajar el rendimiento atencional: en un experimento las personas recordaban menos a una enfermera que los atendió que a la empleada administrativa), el nivel de profundidad del procesamiento (en un experimento se comprobó que las personas recordaban mejor caras cuando habían hecho juicios sobre la honestidad que ellas reflejaban -características profundas-, que cuando lo habían hecho sobre su sexo -característica superficial-), el tipo de testigo (los espectadores de un delito tienen mayor probabilidad de hacer identificaciones correctas, que quienes son víctimas), y los estereotipos (por ejemplo, quienes estaban de acuerdo con una huelga tendían a percibir, en una foto, a los policías más en actitud amenazante que en actitud de defensa).

En la segunda etapa se consideran variables como el tiempo de retención (con el tiempo los recuerdos tienden a distorsionarse), y la influencia de la información posterior al estímulo (que puede influir para que la información sea procesada de manera diferente).

En la tercera etapa el testigo puede ofrecer información en un interrogatorio o también en una rueda de reconocimiento de personas. En el primer caso es importante la forma del testigo de organizar la información para exponerla (puede omitir algo que vio, o agregar algo que no vio), y la forma de interrogar (por ejemplo, la información engañosa que le da el defensor o el fiscal en el interrogatorio también puede distorsionar sus recuerdos). En general, se admite que el método óptimo para recuperar información consiste en hacerle al testigo una serie de preguntas para reconstruir narrativamente helecho observado, y luego hacerle preguntas más concretas sobre detalles que no haya expuesto bien.

En el segundo caso, interesa especialmente cómo es presentada la información al testigo, porque ello influenciará su respuesta: por ejemplo, si una de las personas que le muestran es de otra raza puede responder en función de sus prejuicios raciales. También interesan las formas personales de procesar la información: hay testigos que consideran que siempre deben identificar a alguien, y la forma de neutralizar esta situación es mostrarle una serie de personas donde ninguna es la persona sospechosa.

Una de las principales causas de errores judiciales proviene de erróneas identificaciones de testigos presenciales. La psicología cognitiva ha elaborado teorías sobre la memoria y la atención que permiten esclarecer estas cuestiones. Por ejemplo, la falta de información suele ser rellenada con otras informaciones por nuestro sistema cognitivo.

Ejemplo 5) El pensamiento supersticioso supone, entre otras cosas, una forma de procesar la información donde se atribuyen poderes ‘irracionales’ a una determinada acción, como por ejemplo pensar que pasar debajo de una escalera ocasiona desgracias. Objetivamente puede tener algún fundamento, porque pasar debajo de la escalera aumenta el riesgo que se caiga encima de la persona. Desde un punto de vista más subjetivo, estas creencias pueden bajar los niveles de ansiedad al considerar el sujeto que no hay peligro si pasa fuera de la escalera, e incluso algunas creencias pueden aumentar sus expectativas de bienestar, como creer que ejecutar determinadas acciones generan buena suerte.

Una cosa es creer que una determinada acción es capaz de producir resultados beneficiosos o catastróficos (superstición) y otra creer que un pensamiento puede producir tales resultados. Esta última creencia tiene mayor fundamento científico en el contexto de la psicoterapia cognitiva, cuando se procura que el paciente cambie sus pensamientos negativos por pensamientos positivos. En otros casos no tiene tal fundamento, como cuando creemos que pensar que ganará nuestro equipo de fútbol influirá para que efectivamente gane.

Ejemplo 6) El sistema cognitivo humano también procesa información cuando está frente a una producción artística, y a veces se pregunta ¿qué debo hacer frente a una poesía, una canción, una pintura o una fotografía? ¿Hay que intentar entenderla como se entiende un concepto científico? ¿Hay que simplemente disfrutarla? ¿Habrá que analizarla como si uno fuera un crítico de arte? ¿Habrá que elogiarla para quedar bien? Otras personas podrán decidir simplemente no hacer nada y esperar a que termine el suplicio de un tour por el museo de arte. La psicología cognitiva se ocupa también de investigar cómo la mente procesa la información proveniente de esta clase de estímulos.

Ejemplo 7) La psicología cognitiva estudia también cuáles son los factores que influyen en el proceso de memorización, uno de los cuales es la comprensión del significado de lo que se quiere memorizar. Así por ejemplo, resulta más fácil memorizar una lista de palabras familiares (maestro, castillo, perro, estrella) que una lista de palabras desconocidas (basilisco, entropía, rescoldo, asíntota).

Ejemplo 8) En ciertas ocasiones el procesamiento de la información está fuertemente influenciado por la opinión de las demás personas. Décadas atrás Solomon Asch hizo un experimento para averiguar hasta qué punto la opinión de los demás influye sobre nuestro propio punto de vista, y los resultados fueron sorprendentes.

Reunió un grupo de cinco personas y les mostró a todos al mismo tiempo una misma figura donde había cuatro líneas rectas. Se le pidió que observaran la recta número 1, y luego contestaran cuál de las otras tres rectas (A-B-C) tenía la misma longitud que la recta 1.

A los cuatro primeros en responder se los instruyó para que contestaran siempre B, es decir, para que dieran una respuesta equivocada. El quinto sujeto, a quien no se lo instruyó en nada, luego de haber escuchado a opinión de los demás debía dar a su vez su propia opinión. Lo esperable es que, basando en la evidencia objetiva, respondiera que la recta A era igual a la recta 1 del modelo. Sin embargo, muchos de ellos vacilaron, lo que revelaba que estaban intentando resolver el conflicto entre lo que decían los demás y su propio criterio. Finalmente se comprobó que el 75% de los sujetos dio la respuesta equivocada a pesar de la evidencia, y dieron la misma respuesta que los demás.

Y en la vida cotidiana suele suceder lo mismo: bajo ciertas condiciones, tendemos a opinar que este saco nos queda mejor porque así lo dicen los demás, o tendemos a creer que una comida es muy rica porque también lo dicen los demás. Estos hechos generan varias preguntas: ¿llegamos a creer realmente lo que dicen los demás, o simplemente nos abstenemos de dar nuestra opinión personal para no entrar el conflicto con el grupo? En este último caso, ¿no queremos entrar en conflicto por temor a ser excluidos? ¿Qué sucedería si la mitad del grupo opina equivocadamente y la otra mitad no? ¿Optaríamos por la mitad que opinó correctamente, o por la mitad de las personas que nos caen mejor? ¿Cómo influye la opinión del resto del jurado sobre la opinión de uno de sus miembros para decidir la suerte de un acusado? Tales son los tipos de preguntas que se hace la psicología cognitiva.

El problema de la influencia de la opinión ajena adquiere mayores proporciones cuando la opinión ajena es la que ofrecen los medios masivos de comunicación, verdaderos ‘formadores de opinión pública’.

La desinformación, entendida como dar información total o parcialmente falsa, tergiversarla o descontextualizarla, es una forma de modelar la opinión de los ‘otros’, en este caso de la población. En las películas de Los Picapiedras aparecen festejando la Navidad según el rito cristiano mucho antes del nacimiento de Cristo: aunque muchos sepan que es una historia de ficción, no faltará quien termine creyendo que el hombre prehistórico es posterior a la época cristiana. Del mismo modo, no es lo mismo leer en el diario que “el presidente visitó la zona de desastre y se solidarizó con las víctimas”, que “el presidente visitó la zona de desastre y fue abucheado por la multitud”, siendo ambas cosas verdaderas pero indudablemente tendenciosas. Tampoco es lo mismo decir que cierto político ‘arrasó en las elecciones’ a decir que ‘la mitad de los votantes lo rechazó’.

Otro recurso formador de opinión es la metainformación, o sea, la información acerca de la información misma, y que puede poner al descubierto la desinformación o estar al servicio de ella. Cuando un diario publica en primera plana una noticia, además de transmitir la noticia está diciendo que esa información es importante, y si además se trata de un diario prestigioso, estará diciendo que la información es confiable.

 

(Extraido de Cazau Pablo, “La psicología cognitiva”)