Los tres cerebros

La década del ´90 fue denominada «la década del cerebro». El salto cualititativo efectuado en el conocimiento científico ha modificado muchos paradigmas.

Uno de los descubrimientos de ésta época es que tenemos 3 cerebros, o lo que es lo mismo, nuestro cerebro está conformado por 3 zonas diferentes, producto de nuestra evolución. Cuando en el cerebro crecía una nueva zona, se agregaba a la anterior, la nueva sección se formaba por encima de la antigua.

 

Con lo cual, las partes primitivas del cerebro humano siguen operando conjuntamente con las nuevas, por lo que compartimos con los animales más primitivos el sector del cerebro más primitivo y como humanos tenemos nuestro «sector exclusivo»: el neo córtex o neocorteza.

Cuáles son las 3 partes o sectores de nuestro cerebro?

1. La parte más primitiva de nuestro cerebro es el llamado «cerebro de reptil» o reptiliano, y  se encarga de los instintos básicos de la supervivencia -el deseo sexual, la búsqueda de comida y las respuestas agresivas tipo ‘pelea-o-huye’.

En los reptiles estas respuestas al objeto sexual, a la comida y/o al predador peligroso eran automáticas y programadas. La corteza cerebral o neocorteza con sus circuitos para sopesar opciones y seleccionar una línea de acción, obviamente no existe en estos animales.

Gran parte del comportamiento humano se origina en estas zonas, profundamente enterradas del cerebro, las mismas que en un tiempo dirigieron los actos vitales de nuestros antepasados.

‘Aun tenemos en nuestras cabezas estructuras cerebrales muy parecidas a las del caballo y el cocodrilo’, dice el neurofisiólogo Paul MacLean, del Instituto Nacional de Salud Mental de los EE.UU.

Este cerebro primitivo de reptil se remonta a más de 200.000.000 (doscientos millones) de años y aún dirige parte de nuestros mecanismos para cortejar, casarse, buscar hogar y seleccionar dirigentes

2. El sistema límbico o cerebro emocional, también llamado «cerebro medio», está justo debajo de la corteza cerebral y comprende el tálamo, hipotálamo, el hipocampo y  la amígdala cerebral .

Estos centros ya funcionan en los mamíferos, siendo el asiento de movimientos emocionales como el temor o la agresión.Y en el ser humano éstos son los centros de la afectividad. Es aquí donde se procesan las emociones (penas, tristezas, angustias o alegrías).

El papel de la amígdala en el sistema límbico es fundamental: es la responsable de reconocer la expresión de un rostro o si una persona está contenta o triste. Cuando existe una lesión en la amígdala se es incapaz de reconocer la expresión de un rostro, de reconocer si una persona está triste o contenta, etc. Investigaciones han demostrado también que se altera el comportamiento social.

El sistema límbico es considerado también el centro de recompensa, por lo que se ve afectado en el caso de las adicciones.

Los investigadores J. F. Fulton y D. F. Jacobson, de la Universidad de Yale, aportaron además pruebas de que la capacidad de aprendizaje y la memoria requieren de una amígdala intacta.

Este sistema límbico está en constante interacción con la corteza cerebral. Una transmisión de señales de alta velocidad permite que el sistema límbico y el neocórtex trabajen juntos, y esto es lo que explica que podamos tener control sobre nuestras emociones.

3. Hace aproximadamente 100.000.000 (cien millones) de años aparecieron los primeros mamíferos superiores. La evolución del cerebro dio un salto cuántico. Por encima del bulbo raquídeo y del sistema límbico la naturaleza puso el neocórtex, neocorteza ó el cerebro racional.

Además de  los instintos, los impulsos y las emociones se añadió con la neocorteza la capacidad de pensar de forma abstracta y más allá de la inmediatez del momento presente, de comprender las relaciones globales existentes, y de desarrollar un yo consciente y una compleja vida emocional.

Hoy en día la corteza cerebral, la nueva y más importante zona del cerebro humano, recubre y engloba las más viejas y primitivas. Esas regiones no han sido eliminadas, sino que permanecen debajo, sin ostentar ya el control indisputado del cuerpo, pero aún activas.

La corteza cerebral es también la más distintivamente humana. La mayor parte de nuestro pensar o planificar, y del lenguaje, imaginación, creatividad y capacidad de abstracción, proviene de esta región.

Por lo tanto el neocórtex nos capacita no sólo para solucionar ecuaciones de álgebra, para aprender una lengua extranjera, para estudiar la Teoría de la Relatividad o desarrollar la bomba atómica. Proporciona también a nuestra vida emocional una nueva dimensión.

Los lóbulos prefrontales y frontales juegan un especial papel en la asimilación neocortical de las emociones. Son los «capitanes» de nuestras emociones, asumen dos importantes tareas:

·     Moderan nuestras reacciones emocionales, frenando las señales del cerebro límbico.

·     Desarrollan planes de actuación concretos para situaciones emocionales. Mientras que la amígdala del sistema límbico proporciona los primeros auxilios en situaciones emocionales extremas, el lóbulo prefrontal se ocupa de la delicada coordinación de nuestras emociones.

De todo esto surge entonces que tenemos actos instintivos, actos emocionales y actos racionales?

Nunca se dan en forma separada o pura, siempre hay influencia de los 3 sectores…

Y quien conozca la teoría psicoanalítica (Freud), cómo podríamos entender el ello, el yo, el super yo, el ideal del yo? y el inconsciente, preconsciente e inconsciente? Estaría todo esto explicado ante los nuevos descubrimientos del funcionamiento del cerebro?

Bibliografía consultada: «El cerebro emocional» de J. Ledoux

 


Los tres cerebros

2 comentarios en “Los tres cerebros

  1. Felicitarles por la explicación que es clara. En particular me interesa por la profesión que tengo, son educador de secundaria y me interesa saber porqué algunos estudiantes tienen dificultad en el aprendizaje.
    Me gustaría que pudieran explicar que factores influirían para que haya un problema en la amígdala. Ya que consideran que tiene mucho con el aprendizaje.

    • Hola Roberto, gracias por tu comentario y por tu interés.

      Dificultades en el aprendizaje pueden ser causadas por diversas variables de distinta índole.
      Pero en lo que respecta específicamente a la amígdala cerebral recordemos que es una estructura formada por núcleos de neuronas, localizada en los lóbulos temporales y forma parte del sistema límbico. Su principal función es el procesamiento y almacenamiento de las reacciones emocionales.

      Alteraciones en la amígdala trae perturbaciones en el reconocimiento de los signos emocionales en las expresiones faciales (dentro de ellos la prosopagnosia), trayendo como consecuencia deterioros en la cognición social.
      Esta alteración puede ser producida por la enfermedad de Urbach-Wiethe que es un trastorno degenerativo que produce un depósito de calcio en la amígdala.

      Una lesión amigdalina también puede producir la incapacidad de generar una respuesta somática frente al estimulo del miedo, siendo las personas menos sensibles a las amenazas.

      Otra perturbación de la función amigdalina producida por alguna lesión además de la falta de coordinación entre el procesamiento consciente e inconsciente de la información de un estímulo emocional, es la pérdida de recuerdos emocionales, dado que la amígdala está involucrada en la consolidación de la memoria.

      “La actividad de la amígdala a la hora de codificar información se asocia con la retención de información. Sin embargo, esta correlación depende de la «emocionalidad relativa» de los sucesos. Así, eventos más emocionalmente-activantes (emotionally-arousing information) incrementan la actividad de la amígdala, y esa actividad correlaciona con la retención de información.” ( Eichenbaum, H (2003). Neurociencia cognitiva de la memoria.)

      La participación de una alteración de la amígdala en otro tipo de trastornos mentales aún no posee suficiente evidencia científica.

      Los daños en la amígdala pueden ser producidos por algún trastorno degenerativo, por daño quirúrgico, quistes, algún accidente o epilepsia.

      Fuentes consultadas : es.wikipedia.org; neurowikia.es

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