Meditación



La meditación comenzó a considerarse una herramienta terapéutica gracias al Dalai Lama.


Mucho se ha hablado sobre los beneficios de esta práctica milenaria que produce efectos sobre el funcionamiento cerebral.
Últimos estudios, de un equipo del Labortorio de Neuroimágenes de la Universidad de California, EEUU, compararon con tecnología de última generación los cerebros de 44 personas: 22 de ellas sin antecedentes de meditación y 22 personas que venían practicando entre los 5 y los 46 años (con un promedio de 24 años de práctica).
Los científicos ya no sólo se centran en los efectos del funcionamiento cerebral de quienes meditan sino también en la influencia que esta práctica ejerce sobre la estructura misma del cerebro. (1)

«Los meditadores tienen más materia gris en aquellas zonas del cerebro relacionadas con el control de las emociones». dice la Dra. Eileen Luders, autora del estudio publicado en la revista Neuroimage.

¿Cómo llegan los meditadores a generar más materia gris? «Al igual que cuando alguien entrena sus músculos, algunas áreas del cerebro deben crecer cuando las usas intensamente».

Sostiene: «La mayoría de los meditadores tienen habilidades sobresalientes con respecto a la autorregulación de sus emociones; es para ellos más fácil mantener la estabilidad emocional y tener un comportamiento centrado, tal como elegir con sabiduría sus respuestas o reacciones. Además, los meditadores son reconocidos por su extremadamente positiva mirada sobre la vida; es habitual para ellos ver, en lugar de la parte vacía, la mitad llena del vaso».



 

La meditación «es una herramienta de autoconocimiento y el antídoto contra todas las emociones destructivas» dice el monje tibetano Khenpo Sangpo Bodh, Doctor en Filosofía del Instituto de Altos Estudios Budistas Khamgar Druk College Dharmakara, ubicado en la comunidad tibetana de Tashi Jong, en el norte de la India.

Y cuando dice «todas las emociones destructivas» se refiere a las 84.000 emociones negativas que según las escrituras budistas se desprenden de las básicas: ira, apego (posesivo), orgullo, envidia e ignorancia (opacidad).Por lo tanto, para llegar a la felicidad no se trata de querer y poder solamente sino que habría que transitar un largo entrenamiento que conduce a la transformación interior.«Meditar permite liberarnos de las fuerzas negativas que nos hacen sufrir», sostiene.


Y cómo se logra? «Hay que empezar por la a. El primer paso es reconocernos a nosotros mismos y observar el contenido de nuestra mente, preguntándonos a qué responden esas emociones negativas». Para ver con claridad Khenpo sugiere algo tan sencillo como sentarse y relajarse, lo que parece sencillo aunque no lo es tanto.«Cuando la gente vive con intenso movimiento, tiene dificultades para encontrar calma, pero la mente es como el agua: si se mueve, no permite ver el reflejo de la luna y las estrellas en su superficie; en cambio, cuando está limpia y calma, en pocos minutos trasluce lo que hay en la profundidad y refleja todo. Cuando una persona está habituada al movimiento excesivo, ni siquiera sabe quién es. Yo les digo que se sienten en silencio y que miren en su mente.»


El siguiente paso  es  rechazar las emociones negativas como si fueran un alimento envenenado. Sin contemplaciones, se trata de un acto firme de disciplina y voluntad,  tolerancia cero con ese odio o envidia que carcomen la paz interior. Esto es, según Khenpo, como una purificación de los componentes tóxicos de la mente.
«Y el tercer paso es el de la transformación liberadora, una reconexión desde la calma, que tampoco se dirige hacia el exterior pero tiene efecto sobre él. La herramienta principal es la práctica de alguno de los distintos tipos de meditación que, básicamente, combinan relajación mental con ejercicios de respiración. La forma más reconocida es focalizar la mente en un objeto exterior, que pueden ser una luz o una imagen. Aunque el maestro recomienda seis prácticas diarias, reconoce que con una al levantarse, antes del desayuno, también se obtienen resultados pacificadores sobre la mente. » (2)

«Cuando cambia la mente cambia todo, no solo porque se ve al mundo de otra manera sino porque el cambio de uno provoca cambios en los demás. Para terminar con el odio y las emociones destructivas no podemos usar el odio y las emociones destructivas. No podemos matar a una persona como medio para lograr que esa persona deje de matar. Por la fuerza no se alcanzan los cambios. Buda nunca usó armas. Tampoco Cristo ni Mahatma Gandhi ni la madre Teresa de Calcuta. La paz y la transformación de las emociones negativas se alcanza por medios pacíficos, como la meditación, que es un instrumento de transformación interior».


Efectos de la meditación en el cerebro

 

Lóbulo frontal

El lado izquierdo de esta región está asociado a las emociones positivas y al estado de calma. Con la meditación, se crea un estado afectivo positivo y disminuye la ansiedad y la cólera. Aumentan los niveles de GABA, un neurotransmisor, que implica menor distracción por los estímulos exteriores lo que amplifica la concentración.

El Hipotálamo regula el medio interno del organismo, controla parámetros como la tensión arterial, la temperatura y el ritmo del corazón. Procesa las emociones. La meditación reduce las frecuencias cardiaca y respiratoria y la tensión arterial. Aumenta la producción de serotonina, un neurotransmisor cuyo déficit está asociado a la depresión.

Lóbulo parietal

Regula el sentido de sí mismo y la orientación física. En él se genera una imagen tridimensional del cuerpo en el espacio y proporciona la ubicación espacial. Distingue entre el individuo y el exterior.

La meditación genera la pérdida de la sensación de unicidad y del espacio-tiempo.

Sistema Límbico

Es la región encargada de procesar las emociones. Formada por el hipocampo, la amígdala y el hipotálamo.

Con la práctica meditativa, aumenta la receptividad emocional y la visualización de imágenes. Estimula la producción de endorfinas, drogas producidas por el organismo y con ellas se reduce el miedo, se produce sensación de felicidad y euforia. (1)


La clave de la meditación:

«CUANDO SURJA UN PENSAMIENTO PREGÚNTATE A TÍ MISMO: «QUIEN TE DIJO ESO?» ENTONCES RESPÓNDETE: «LA MENTE»». Stephen H. Wolinsky (3)

Fuentes:

(1) El Mundo

(2) La Nación

(3) S. H. Wolinsky «El Tao de la Meditación»

 

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