Cómo percibimos la velocidad del tiempo

Por Pablo Cazau

Podemos percibir el tiempo como transcurriendo más velozmente o transcurriendo más lentamente. ¿De qué depende esta percepción? La física relativista ha ofrecido sus propias explicaciones, pero aquí nos atendremos al punto de vista de la psicología de la percepción.

En general, nuestra percepción de la velocidad del tiempo varía en al menos tres casos:

1) Si estamos ocupados o concentrados en alguna actividad el tiempo pasa más rápido, mientras que el aburrimiento o la inactividad pueden hacer las horas interminables.

2) A medida que crecemos percibimos que el tiempo transcurre cada vez más rápido. El adolescente siente transcurrir el tiempo de su vida muy lentamente, mientras que el anciano ve pasar el tiempo de su existencia más rápidamente.

3) Bajo un estrés agudo, puede ocurrir que las personas experimenten que el tiempo se hace más lento. Hace varios años alguien me planteó que estaba muy intrigado –y hasta preocupado-  por algo que le sucedía: en algunas ocasiones en que estaba bajo un fuerte estrés, veía todo a su alrededor en cámara lenta, como si el tiempo transcurriese más despacio. Para tranquilizarlo, le dije que ello no se debía a tumores cerebrales ni a infecciones encefálicas, sino que se trataba de un mecanismo adaptativo de supervivencia.

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