En general, la meditación es una actividad mental voluntaria que consiste en concentrar la atención sobre algo.
Cuando una persona está distraída o cuando sueña, está concentrada en algo pero de manera involuntaria y por tanto no es meditación. La meditación, al ser voluntaria, está orientada hacia alguna finalidad.
La meditación abarca un amplio espectro de actividades mentales donde se concentra voluntariamente la atención. Así, nos concentramos en algo al mirar una película, reflexionar sobre un problema, atender a nuestros propios pensamientos, observar un paisaje, escuchar música, cocinar, estudiar, escribir, leer, pintar, nadar, peinarse, jugar a los naipes, revisar una cuenta o cambiar una lamparita. Todas estas actividades mentales son voluntarias y tienen su propia finalidad.
Un tipo especial de meditación es la que aquí llamaremos meditación básica, que consiste en concentrar la atención solamente en nuestra respiración, preferiblemente con los ojos cerrados para reducir la intromisión de estímulos distractores. La finalidad central de la meditación básica es reducir el sufrimiento en situaciones difíciles, y de aquí la importancia de adquirir un cierto entrenamiento para hacerla más efectiva.