Traumas generacionales y traumas colectivos

¿Cómo se cumplirían los procesos de amnesia y resignificación en los traumas generacionales y colectivos?

Los primeros son aquellos cuyos efectos se transmiten de generación en generación, sea a través de los genes, sea a través de sutiles e invisibles influencias de un cerebro a otro mediante mecanismos de identificación u otros. El trauma del abuelo que sufrió la experiencia del atentado a las torres gemelas puede transmitirse a sus nietos, quienes por esa razón estarán más expuestos al estrés. Parece ser que también existen periodos altamente sensibles: el abuelo tuvo que haber vivido el 11 de septiembre en su pubertad, y la abuela mientras estaba en el útero de su madre, que son los momentos en que se forman los espermatozoides y óvulos, respectivamente, que darán origen a la siguiente generación. De hecho, experimentos realizados con ratas revelaron que cuando una rata era expuesta a sustancias tóxicas ambientales, un 85% de su descendencia adquiría la enfermedad derivada de esa intoxicación a lo largo de al menos tres generaciones. En otras palabras, heredaban la patología en forma epigenética.

El término ‘telescopaje’, utilizado en cirugía y traumatología, fue empleado en psicoanálisis para designar el proceso en virtud del cual se transmiten de una generación a otra ciertos contenidos psíquicos vinculados a sucesos muy significativos como los traumas que, de esta manera, ejercerán sus efectos en la generación siguiente bajo diversas modalidades, sin que estos efectos puedan atribuirse a experiencias individuales de los sujetos de la última generación.

Los traumas colectivos, por su parte, son padecidos por una nación, una etnia, una organización y hasta por un grupo humano más modesto. Un ejemplo nos permitirá entender este proceso. Los norteamericanos difundieron, a propósito del episodio de Pearl Harbour, una historia donde se presentaba a los japoneses como una nación cruel y traicionera autora de aquel ataque masivo antes de haber declarado formalmente la guerra. Es probable que el ataque de los japoneses haya sido una revancha por otro episodio ocurrido a mediados del siglo XIX donde los norteamericanos amenazaron con destruir a los japoneses si no comerciaban con ellos. La experiencia traumática de todo un pueblo había comenzado a producir sus efectos muchas décadas después. Tal vez no por casualidad el ataque japonés se hizo desde el mar hacia la costa, exactamente igual que el ataque norteamericano ocurrido por entonces.

En el caso de los traumas generacionales y en tanto afecten individualmente a los descendientes, como el proceso es inconciente la amnesia existe. La resignificación, en todo caso, pasará por concientizar que no se trata de un trauma experimentado en la infancia sino de una condición heredada por los antepasados. En el caso de los traumas colectivos parece no existir la amnesia: los pueblos siempre recuerdan el pasado traumático, pero los resignifican como un acontecimiento que debe ser vengado.

 

(Extraido de Cazau Pablo, “Trauma, amnesia y resignificación”)